El automovilismo costarricense deportivo se inició por los primeros años de la década de los cincuentas. Apenas se hacían carreras usando autos personales, corriendo vías inclinadas en montañas en Cartago y rallies sencillos en diferentes lugares. Si bien se formaron algunos grupos para tratar de mejorar las competencias, no hubo una forma seria y aplicando las debidas normas deportivas.
Al paso del tiempo, se fue tomando seriedad y un grupo muy trabajador, al inicio de 1960, empezó a promover una asociación y el día 14 de setiembre de 1964, decidió presentar ante las entidades estatales las normas legales y bajo el nombre de Asociación Costarricense del Automovilismo –ACEA- empezaron los campeonatos controlados y con las debidas leyes.
En primer término, aplicaron los rallies, pero la idea era más llamativa con las carreras de velocidad en óvalo, pero no conseguían estos “largos” circuitos.
Con el deseo y seriedad de la junta directiva de ACEA, se trabajó fuerte y consiguieron ese lugar. Sin embargo, para usarlo, necesitaban el permiso de varias entidades del Gobierno. Fue difícil hablar con la Dirección General del Tránsito, Guardia Civil primera y segundas compañías al mando del mayor Rafael A. Artavia, el Cuerpo de Bomberos y la Cruz Roja Costarricense, pues sin estas autoridades, junto con la Dirección General de Deportes –hoy ICODER- ACEA jamás hubiera podido montar y presentar el “emocionante” espectáculo y vino el primer día en Costa Rica que se corrió la carrera prueba oficial, cumpliendo con las normas determinadas a ACEA.
La cantidad de público fue grande, alrededor de un lugar que también usaba otro deporte, pero no se molestaban ni se quitaban nada. Ese era el futbol, en el antiguo Estadio Nacional, mientras la antigua calle alrededor, era el óvalo que le dieron a los corredores de automovilismo para competir.
ACEA se inició en el año 1964, pero tardó tres años para arrancar el automovilismo de velocidad en círcuito como se dijo antes. Eso sucedió en el mes de abril del año 1967. Es claro, que fue el verdadero arranque costarricense que antes algo como diversión.
La primera carrera en abril 67, fue la base de un deporte que hizo a Costa Rica ser conocida internacionalmente. Eso causó el nacimiento de verdaderos pilotos, técnicos, preparación de autos, jueces y algo formidable, la asistencia de grandes cantidades de público que aún es fiel.
Por otra parte, se desarrollaron pilotos campeones nacionales e internacionales y al llegar al 2016, hemos vivido 49 años de un automovilismo muy costarricense y de alta calidad.
Sin embargo, el automovilismo deportivo empezó a aumentar tanto en calidad tal como la velocidad en los vehículos, que al llegar el año 1970, las autoridades que les dieron los permisos, advirtieron que debido al peligro para el público que en cientos llegaban a cada carrera, parándose en el pretíl de cada acera apenas a unos centímetros de las llantas de cada vehículo, pasando con alta rapidez, especial en las curvas con huecos, situación que hacía más peligrosa la carrera y por tanto no quedó más remedio que salir de ese lugar, que por dicha nunca sucedió un choque de autos o con el enorme público.
Luego de ser escuela de carreras para todos los pilotos y desde luego un gran aprendizaje para los técnicos, ACEA inició la búsqueda de un lugar amplio donde ubicar un verdadero autódromo. La idea no solo era carreras nacionales, sino también convertirlo en un centro especial para carreras internacionales.
Pero no era tan fácil, acto que obligó a ACEA a trabajar para llegar a las grandes ideas que se aplicaron en dicho momento. Tres años se necesitó para llegar a conseguir el terreno, diseñar la pista y un día, inaugurarla. Suena lindo, pero costó mucho dinero y siempre faltó. Es importante dejar claro que el esfuerzo fue grande y obligó a conseguir préstamos.
Explicar cómo se hizo y quiénes fueron los que aportaron en todo sentido, habría que escribir un amplio libro. Lo que si podemos decir, es que el autódromo La Guácima, nombre del distrito alajuelense, del terreno donde se compró, llegó a ser uno de los mejores de Latinoamérica. Los recuerdos de grandes carreras, magníficos autos, excelentes pilotos –que aun corren y son reconocidos internacionalmente- todo eso nos deja un recuerdo de lo que fue un automovilismo deportivo de aquellos tiempos.
Las Tres Horas de Costa Rica que nos trajo excelentes corredores extranjeros que enseñaron las técnicas que nos faltaban. El campeonato internacional GT de las Américas, los 250 kilómetros Kodak, el Campeonato Centroamericano, el Campeonato Nacional de Autocross –propio del autódromo La Guácima-, el campeonato de la categoría SP especial de Toyota 94, campeonato NACAM de Fórmula 3 con la participación de pilotos mexicanos ,años 1991 y 1992, los campeonatos de cabezales, las carreras de motociclismo de varias categorías, incluso campeonatos latinoamericanos y motocross nacional en los primeros años del autódromo. No olviden que el kartismo que se inició allá por los años sesentas, se formó internacional en La Guácima, fue la gran pista de aprendizaje y por lo que hoy, muchos pilotos de automovilismo son excelentes y hoy han puesto en muy alto a nuestro país.
Quizás faltan contar muchas otras actividades motorizadas que corrieron, en esta formidable pista nos dio en tantos años desde 1974, cuando fue inaugurada y miles y miles de seguidores que disfrutaron. Pasarán años para olvidar el nombre La Guácima.
Hoy, todo ha cambiado, pues así sucedió. Las normas de carreras, la forma de la nueva pista y demás, nos mostrarán a los pilotos quizás en forma diferente, sin embargo, como ya los conocemos por el fogueo de muchos años, ya sea rallie o velocidad en circuito.
Consideramos que realmente, el noventa por ciento de ellos, aprendieron en el autódromo La Guácima, y aún más, compitieron internacionalmente gracias a que las constante carreras anuales, los mandó a representarnos fuera del país, después de pasar por el antiguo óvalo el Estado Nacional, cuando les dieron permiso, y conocieron lo que era acelerar la velocidad y perder el miedo a pasar adelante a otro, quizás más rápido. Aceptamos que entrar a correr este domingo a los nuevos pilotos, aunque ya tienen conocimientos, este año será el gran inicio, bueno, si le entraron fuerte al kartismo.
Para terminar, damos gracias a todos a aquellos que desde 1970, empezaron a trabajar en muchas formas, para levantar al autódromo La Guácima. Conocemos y sabemos todo lo que sucedió, altos y bajos. Pasaron momentos ingratos, que parecía que el autódromo iba a desaparecer por distintas razones personales. Pero esos difíciles problemas desaparecieron, situaciones que no vale comentar, porque habría que hacer un gran libro. Mejor veamos a los nuevos dueños y los pilotos de siempre que bien los conocemos.
Quizás las oraciones que le dió a este gran terreno un sacerdote -1972- cuando empezaba la construcción, que aquellos que trabajaron, le solicitaron una bendición para que siempre este deporte se mantuviera por el buen camino, es decir, en paz y que todos los que corren por esta pista, nunca sufran. Hasta el día de hoy, después de 44 años, la bendición se ha cumplido.
Contar la larga historia del viejo autódromo La Guácima, habría que hacer varios tomos. Mejor iniciamos con el nuevo nombre, CTCC, es más corto para escribir.
