Riyadh Al Azzawi, campeón del mundo de kickboxing en 2008, ha sido el último luchador en mostrar su excentricidad. El kickboxer iraquí se gastó 250.000 euros en un Ferrari 458 Spider rojo que después pintó de color oro.
El auto llamó la atención de los transeúntes que hicieron fotos y vídeos del auto de lujo que, con 562 caballos, causa furor entre los amantes del motor.
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