Breve reseñas de Un grande... Pedro Cofiño.
Publicado: 28 May 2007 03:47
Las múltiples carreras en la vida de Pedro Cofiño
Fue uno de los corredores de automóviles más conocidos de Centroamérica, un empresario exitoso, promotor de múltiples proyectos y altruista con los animales.
Pedro Guillermo Cofiño Kepfer se había retirado de las pistas de automóviles hacía medio año. Tenía 57 años y le quedaban muy pocos retos por vencer. Había sido campeón en múltiples competencias nacionales e internacionales. Era uno de los pilotos guatemaltecos más reconocidos y la inspiración de generaciones que venían siguiéndole los pasos desde hacía más de tres décadas.
Fue una emotiva despedida la que le hicieron en el Autódromo Los Volcanes a finales de 2006. Una especie de reconocimiento a su figura y experiencia, en la que los pilotos terminaron fotografiándose con él y dándole las gracias. Sería el lugar en donde ayer Cofiño sufriría el accidente que le cegaría la vida.
Se había iniciado en el automovilismo en 1972, en la categoría de vehículos sin modificaciones, cuando rozaba los 23 años. Para 1974 ya había obtenido el primer lugar en el Campeonato Marlboro y al año siguiente se trasladó a la categoría de autos modificados, con un Toyota Corolla Tosco 1300cc, la marca estrella de la empresa familiar para la que laboró toda su vida.
Pedro era hijo de Pedro Guillermo Cofiño Durán quien junto a Irving Stahl Moss, fundó en 1941 la Cofiño Stahl Compañía, la distribuidora de Toyota y de cuya junta directiva llegó a ser miembro Cofiño Kepfer.
Siempre compartió su actividad empresarial con la automovilística. En 1993 ya había ganado 20 campeonatos nacionales en distintas clases y categorías, y era campeón absoluto en 17 ocasiones.
El precursor del nuevo zoo
A Cofiño le quedaba tiempo, además, para los animales. Fue él quien promovió la remodelación del Zoológico La Aurora a finales de los ochenta a través de la junta directiva que presidió durante varios años ad honórem.
Gracias a sus contactos y renombre en el ámbito empresarial, consiguió los fondos para remozar el parque y procurarle una mejor calidad de vida a los animales, le recuerda su amigo, el empresario José Jorge Iturbide.
Pedro Cofiño, un hombre al que recuerdan bromista y bonachón, también fue el motor que permitió la creación del Autódromo Los Volcanes. Desde 1994 el automovilista competía de manera esporádica en El Salvador debido a que no existía una pista en Guatemala. Había intentado promover la construcción de una cerca de Amatitlán, pero el proyecto no había prosperado. Así que a finales de esa década se propuso motivarlo de nuevo.
Al igual que lo hizo en el zoo, consiguió convencer a empresarios, socios y patrocinadores que lo apoyaran y en 2000 se consiguió el terreno en Escuintla. La inauguración se dio dos años después, rememora Diego Cuestas, su amigo y corredor de automóviles.
Cofiño siguió ganando campeonatos y luego de su retiro como piloto a finales de 2006, se quedó como presidente de la junta directiva del autódromo, continuaba relacionado con la Asociación del Automóvil Club de Guatemala, de la que era fundador, y lideraba el equipo en el que corrían Adolfo Castillo y Tayo Gamallero, los elegidos para pilotear su vehículo. Además seguía yendo al autódromo para apoyar a sus hijos Pedro y Juan Pablo, también corredores.
“Le teníamos mucho respeto por toda su trayectoria, él era como un prócer del automovilismo en Guatemala”, le reconoce Facundo Casse, corredor de autos.
Hasta ayer, Pedro Cofiño Kepfer seguía siendo directivo de Cofiño Stahl Compañía. Se sumaba a su currículo la presidencia de la Gremial de Importadores de Automóviles y la creación del Salón del Automóvil.
Además estaba comenzando un proyecto de colaboración con los lugareños de Monterrico, este pueblo de Santa Rosa que en los últimos años ha presenciado una vertiginosa afluencia de turistas y nuevos dueños, para que se mejoraran las calles y las vías. La creación de un comité se quedó como su gran pendiente, pero para todos sus demás propósitos, habría podido asegurar que era una carrera terminada y ganada.
Su último accidente
>Como experto corredor de carros, Pedro Cofiño estaba preparado para sortear todo tipo de colisiones, pero para la de ayer se encontraba totalmente desprotegido: estaba afuera de su auto.
>El percance se registró alrededor de las 12:30 horas en el Autódromo Los Volcanes en donde se disputaba la segunda fecha del torneo internacional, en la categoría Super Street.
>Cofiño estaba junto a los pilotos guatemaltecos que esperaban su turno, en la recta final de la pista, cuando dos automóviles toparon entre sí, perdieron el control y se derraparon. Uno de estos se dirigió hacia Cofiño y compañía. Todos lograron esquivar el vehículo, pero él quedó gravemente herido.
>Jaime Migoya, gerente del autódromo, explicó que trataron de trasladarlo a la capital en helicóptero, pero la condición climática no lo permitió. La nave tuvo que regresar y una ambulancia privada lo llevó al hospital público de Escuintla en donde murió. Su muerte se registró alrededor de las 13:15 horas. (Julio Revolorio/elPeriódico)
Prensa escrita Guatemala.
Fue uno de los corredores de automóviles más conocidos de Centroamérica, un empresario exitoso, promotor de múltiples proyectos y altruista con los animales.
Pedro Guillermo Cofiño Kepfer se había retirado de las pistas de automóviles hacía medio año. Tenía 57 años y le quedaban muy pocos retos por vencer. Había sido campeón en múltiples competencias nacionales e internacionales. Era uno de los pilotos guatemaltecos más reconocidos y la inspiración de generaciones que venían siguiéndole los pasos desde hacía más de tres décadas.
Fue una emotiva despedida la que le hicieron en el Autódromo Los Volcanes a finales de 2006. Una especie de reconocimiento a su figura y experiencia, en la que los pilotos terminaron fotografiándose con él y dándole las gracias. Sería el lugar en donde ayer Cofiño sufriría el accidente que le cegaría la vida.
Se había iniciado en el automovilismo en 1972, en la categoría de vehículos sin modificaciones, cuando rozaba los 23 años. Para 1974 ya había obtenido el primer lugar en el Campeonato Marlboro y al año siguiente se trasladó a la categoría de autos modificados, con un Toyota Corolla Tosco 1300cc, la marca estrella de la empresa familiar para la que laboró toda su vida.
Pedro era hijo de Pedro Guillermo Cofiño Durán quien junto a Irving Stahl Moss, fundó en 1941 la Cofiño Stahl Compañía, la distribuidora de Toyota y de cuya junta directiva llegó a ser miembro Cofiño Kepfer.
Siempre compartió su actividad empresarial con la automovilística. En 1993 ya había ganado 20 campeonatos nacionales en distintas clases y categorías, y era campeón absoluto en 17 ocasiones.
El precursor del nuevo zoo
A Cofiño le quedaba tiempo, además, para los animales. Fue él quien promovió la remodelación del Zoológico La Aurora a finales de los ochenta a través de la junta directiva que presidió durante varios años ad honórem.
Gracias a sus contactos y renombre en el ámbito empresarial, consiguió los fondos para remozar el parque y procurarle una mejor calidad de vida a los animales, le recuerda su amigo, el empresario José Jorge Iturbide.
Pedro Cofiño, un hombre al que recuerdan bromista y bonachón, también fue el motor que permitió la creación del Autódromo Los Volcanes. Desde 1994 el automovilista competía de manera esporádica en El Salvador debido a que no existía una pista en Guatemala. Había intentado promover la construcción de una cerca de Amatitlán, pero el proyecto no había prosperado. Así que a finales de esa década se propuso motivarlo de nuevo.
Al igual que lo hizo en el zoo, consiguió convencer a empresarios, socios y patrocinadores que lo apoyaran y en 2000 se consiguió el terreno en Escuintla. La inauguración se dio dos años después, rememora Diego Cuestas, su amigo y corredor de automóviles.
Cofiño siguió ganando campeonatos y luego de su retiro como piloto a finales de 2006, se quedó como presidente de la junta directiva del autódromo, continuaba relacionado con la Asociación del Automóvil Club de Guatemala, de la que era fundador, y lideraba el equipo en el que corrían Adolfo Castillo y Tayo Gamallero, los elegidos para pilotear su vehículo. Además seguía yendo al autódromo para apoyar a sus hijos Pedro y Juan Pablo, también corredores.
“Le teníamos mucho respeto por toda su trayectoria, él era como un prócer del automovilismo en Guatemala”, le reconoce Facundo Casse, corredor de autos.
Hasta ayer, Pedro Cofiño Kepfer seguía siendo directivo de Cofiño Stahl Compañía. Se sumaba a su currículo la presidencia de la Gremial de Importadores de Automóviles y la creación del Salón del Automóvil.
Además estaba comenzando un proyecto de colaboración con los lugareños de Monterrico, este pueblo de Santa Rosa que en los últimos años ha presenciado una vertiginosa afluencia de turistas y nuevos dueños, para que se mejoraran las calles y las vías. La creación de un comité se quedó como su gran pendiente, pero para todos sus demás propósitos, habría podido asegurar que era una carrera terminada y ganada.
Su último accidente
>Como experto corredor de carros, Pedro Cofiño estaba preparado para sortear todo tipo de colisiones, pero para la de ayer se encontraba totalmente desprotegido: estaba afuera de su auto.
>El percance se registró alrededor de las 12:30 horas en el Autódromo Los Volcanes en donde se disputaba la segunda fecha del torneo internacional, en la categoría Super Street.
>Cofiño estaba junto a los pilotos guatemaltecos que esperaban su turno, en la recta final de la pista, cuando dos automóviles toparon entre sí, perdieron el control y se derraparon. Uno de estos se dirigió hacia Cofiño y compañía. Todos lograron esquivar el vehículo, pero él quedó gravemente herido.
>Jaime Migoya, gerente del autódromo, explicó que trataron de trasladarlo a la capital en helicóptero, pero la condición climática no lo permitió. La nave tuvo que regresar y una ambulancia privada lo llevó al hospital público de Escuintla en donde murió. Su muerte se registró alrededor de las 13:15 horas. (Julio Revolorio/elPeriódico)
Prensa escrita Guatemala.