"Gladiator" Alonso con la espada del F10 y el escudo de Ferrari
Lo dijo recientemente
Bernie Ecclestone: “
Si Fernando gana las dos primeras carreras, será difícil que se le escape el campeonato”. Puede que se atreviera con un pronóstico para este año, o quizás también definiera el carácter del español. Puede que expresara ambas cosas a la vez. Porque la victoria de Fernando Alonso en Bahrein confirmó de nuevo aquella acertada visión de Flavio Briatore, y que recordábamos en nuestra última columna: “Nunca se rinde. Es fantástico, rápido, inteligente, un piloto incisivo. Un gladiador en la pista…”.
El británico ponía el dedo en la llaga sobre un particular rasgo de Alonso: cuando muerde la presa, no la suelta. Y Alonso es consciente de que el triunfo de ayer fue el primer mordisco. Porque cuenta con un monoplaza ganador, con la calidad y la potencia del equipo que le respalda, y porque sabe que el resto corre de su cuenta. Como ayer demostró en Bahrein.
“Nunca se rinde…”
Alonso sigue al pie de la letra ese objetivo que se propuso al llegar a la Fórmula 1, hace ya años, “quiero ser capaz de dar todas las vueltas de una carrera al límite”, dijo entonces. Porque no solo se trata de ganar, sino también de cómo se gana. Y Alonso ayer fue demoledor, en su presión a Vettel y, especialmente, durante los compases finales, reafirmando la capacidad del piloto y la eficacia de la máquina de principio a fin.
De entre los favoritos, el español fue el más consistente durante el fin de semana. Hasta el Q3, donde cometió un inesperado error que pudo costarle caro. Sin embargo, demostró una vez más ese carácter que le define (“es incisivo, nunca se rinde…”) Era importante marcar el territorio en la primera carrera. En Ferrari, y fuera. Para ello tenía que adelantar a Massa a toda costa. El brasileño no salió tan mal como declaró después en la rueda de prensa. Simplemente, Alonso sabía que, o le adelantaba en la salida, o la victoria sería imposible. Y con respecto a Vettel, el ritmo por vuelta del asturiano tras la parada en boxes quedó confirmado con sus palabras posteriores en respuesta a un periodista italiano:
- “Fernando, se te conoce como alguien que no se rinde fácilmente, pero, hoy ¿Te hubieras conformado con el segundo puesto de no ser por el problema de Vettel?”
- “
No, pensaba en ello todo el rato. Sabía que sería difícil adelantarle, pero estaba esperando la oportunidad. Tenía todavía algo de ritmo guardado, pero estaba concentrado en cuidar las gomas. Sabía lo que teníamos que hacer… Esperaba el momento de atacar a Vettel,
quizás en las últimas diez o doce vueltas”.
Para quien piense que Alonso ganó por el percance técnico del alemán, basta recuperar ritmo por vuelta desde que ambos cambiaron al compuesto más duro. El F10 no podía con el Reb Bull con goma blanda (“era muy rápido, iba al máximo y era imposible seguirle”, reconoció al final de la carrera), pero Alonso se lo “comía” con el compuesto más duro. ¿Le hubiera adelantado?. ¿Le hubiera presionado para forzar el consumo de gomas de Red Bull? Los problemas de Vettel nos robaron un fascinante final a una carrera monótona. Pero si un piloto que tiene el título como objetivo estaba dispuesto a arriesgar a final de carrera, (“tenía algo guardado”) sería por algo.
Alonso ha vuelto. O quizás siempre estuvo ahí
“Gladiator” Alonso ha vuelto. O quizás siempre estuvo ahí.
Pero ahora cuenta con la espada afilada del F10 y el escudo de Ferrari. Si yo fuera uno de sus rivales para esta temporada, estaría preocupado por lo visto en Bahrein. Cuando dos pilotos mantienen un ritmo como el de Massa y Alonso a bordo del mismo monoplaza, pegados uno a otro, con doblete final, es prueba de una superior consistencia de rendimiento que nadie, salvo Vettel, mostró durante todo el fin de semana. ¿Dónde y en qué tiempos, por ejemplo, rodaban Button o Webber o Rosberg en carrera?.
Porque, no lo olvidemos, el español se mostró muy contundente en Bahrein gracias también al “pepino” que tiene entre manos: “El coche era tan bueno que cuidó la goma perfectamente, y acabamos la carrera en perfectas condiciones con el neumático”. Tomad nota, Vettel, Hamilton y compañía, porque las palabras similares se pronunciaron durante la pretemporada, y ahora también después del primer triunfo. “Creo que tenemos un coche lo suficientemente bueno en todo tipo de condiciones: con poco combustible, y cargado”. Ferrari, además, como equipo estuvo espléndido en Bahrein.
Ayer, tras el triunfo, el lenguaje corporal de Alonso era distinto a otras victorias. Quizás todos esperábamos un festival de emociones desbordadas ante la primera e histórica victoria un español en Ferrari. Por el contrario, Alonso mostró una euforia contenida. Pero, sobre todo, exhibió una expresión de determinación absoluta. Tras la victoria, el español puso en evidencia los mayores síntomas de madurez de toda su carrera deportiva. Alonso ha mordido la presa de la que hablaba Ecclestone. Gladiator ha vuelto, y más fuerte que nunca.
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