Más vehículos, más riesgos: crece la urgencia de proteger los activos y cumplir con mantenimientos preventivos

Con más de 1.88 millones de vehículos registrados y un crecimiento anual del 7.83%, el parque vehicular costarricense continúa expandiéndose, lo que genera nuevos desafíos en seguridad, control operativo y cumplimiento fiscal.

En este contexto, el marchamo 2025 no solo representa una obligación tributaria, sino también un recordatorio del valor que tiene cada vehículo y de la necesidad de mantenerlo protegido ante eventuales incidentes o pérdidas.

De acuerdo con datos recientes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los casos de robo y hurto vehicular muestran una tendencia sostenida, concentrándose principalmente en zonas urbanas y comerciales con alta circulación. Factores como la disponibilidad de repuestos, la reventa de repuestos robados y los descuidos de mantenimiento inciden directamente en la exposición al riesgo y en la pérdida de valor de los activos.

Más que un pago, una oportunidad para proteger

Expertos en seguridad recomiendan aprovechar la época de renovación del marchamo como un momento clave para evaluar el estado mecánico, los hábitos de conducción y las herramientas de monitoreo con las que cuenta cada propietario o empresa.

La planificación de mantenimientos preventivos, el uso de sistemas de rastreo y localización y la adopción de tecnologías de monitoreo en tiempo real se han convertido en prácticas indispensables para extender la vida útil del vehículo y minimizar las pérdidas económicas.

Desde la perspectiva de Detektor Costa Rica, empresa especializada en rastreo y localización vehicular, este periodo genera un repunte en la demanda de soluciones de seguridad tecnológica.

“Cada cierre de año observamos un incremento en la instalación de sistemas de rastreo, principalmente porque el pago del marchamo recuerda al conductor el valor de su vehículo y la necesidad de protegerlo”, señaló Luis Diego Trejos, Gerente General de Detektor Costa Rica y Panamá.

Tecnología que impulsa la seguridad y eficiencia

Las herramientas de monitoreo permiten reaccionar de manera inmediata ante intentos de robo o uso indebido, optimizar rutas y controlar los hábitos de conducción. Además, facilitan la programación de alertas de mantenimiento, el seguimiento de flotas y la reducción de costos operativos.

Este enfoque tecnológico se alinea con una tendencia regional en la que las empresas y conductores individuales buscan integrar soluciones preventivas y correctivas para cuidar de sus vehículos, mejorar la seguridad vial y mantener el control de sus activos.

Cultura de cumplimiento y responsabilidad

El marchamo debe entenderse no solo como un requisito fiscal, sino como parte de una cultura de responsabilidad y prevención. Para 2026, se estima que el impuesto a la propiedad vehicular representará cerca del 58% del monto total, lo que resalta su impacto económico y la necesidad de una gestión más estratégica de los recursos.

“Cada vehículo tiene un valor operativo y humano detrás. Cuidarlo implica más que cumplir con un pago; requiere compromiso, prevención y tecnología que ayude a proteger la inversión”, concluyó Trejos.

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