La octava generación del Porsche 911 nos trajo varias novedades, una de las más importantes es que es el primer modelo de la marca en estrenar el modo wet para conducir en superficies mojadas.
El modo wet adapta el auto para aumentar la estabilidad durante la conducción, no reduce la potencia del motor ni tampoco la velocidad máxima, y es una ayuda importante que aumenta la seguridad bajo esas condiciones.
Mediante un sensor acustico ubicado en los dos guardabarros delanteros el auto es capaz de escuchar el sonido de las llantas cuando se conduce sobre asflato mojado, de inmediato el conductor recibe una alerta para activar de forma manual el modo wet.

Normalmente los autos tienen sensores de lluvia en los parabrisas y estos son los que detectan el agua, esto no es completamente preciso pues las superficies pueden mantenerse humedas cuando por ejemplo ha dejado de llover.
Una vez que el conductor activa el modo wet, entran a trabajar los sistemas Porsche Stability Management y Porsche Traction Management de manera más sensible y más rápida de lo normal, además el ABS funciona con más rapidez, en modelos de tracción integral la potencia tiene más entrega en el eje delantero.
Con el modo wet activado además el alerón trasero se mueve a su posición más alta y las entradas delanteras de aire se abren, el motor reduce la acumulación de torque y la aceleración es más progresiva, además la caja de cambios PDK se adapta a la configuración de motor.