Los hermanos Roy y Emilio “Milo” Valverde ganaron la cuarta fecha del campeonato de automovilismo Super Turismo (ST) sufriendo situaciones que parecían que más bien los iba a dejar fuera, no solo de esta carrera, sino también de las posibilidades de llegar a ser campeones de esta temporada.

Hay que recordar que en las tres fechas anteriores, la mala suerte se había ensañado con los dos jóvenes, soportando problemas que les restó puntos muy valiosos.

Pero qué pasó esta vez Primero que nada, ellos ganaron las clasificación el sábado, imponiendo un nuevo crono en el circuito corto de 1:18: 817. Eso era alentador para ambos.

Al inicio de la fecha, Roy llevó el volante y salió muy bien , tomó la delantera, seguido por José Andrés Montalto muy cercanamente. Todo iba muy bien, pero de repente, al minuto 8 de los 15 de reglamento para esta fecha, un problema serio atacó a Roy: la caja de cambios se quebró y afectó la tercera marcha. Montalto toma la delantera y se escapa hasta la bandera de cuadros

Roy logra mantener el auto en funcionamiento pero el resultado final no es nada halagador porque terminó quinto.

La cantidad de puntos fueron pocos y no podían ayudar mucho para tratar de sumar algo para ganar la fecha.

Pero lo peor viene después. El daño de la caja solo se podía reparar cambiándola por otra y ese trabajo llevaría mucho tiempo con apenas 45 minutos para correr el segunda manga. Pero además, en caso de lograr cambiarla, no permitía el uso del bloqueo de las llantas que afectaría totalmente la estabilidad del auto, es decir, en las curvas no podría mantenerse pegado a la pista, lo que haría perder valioso tiempo.

Por tanto, para correr en el segundo “heat” más que luchar con los rivales, era terminar el trabajo de cambio de caja de cambios antes de que largara la carrera.

Como suele suceder en este tipo presiones, los técnicos trabajaban fuerte para llegar a tiempo y lo lograron apenas segundos antes del banderazo, aunque Emilio, que llevaba el volante debió entrar a la pista luego de que todos los autos salieran.

La situación era ganar puntos en un momento que no se sabía cómo iba a reaccionar el auto. Pero trabajó bien y si bien no fue del todo los puntos que esperaban los Valverde, Emilio terminó en el cuarto puesto, luego de salir desde el puesto final, debido a la norma aplicada de parrilla invertida total.

Aun no podían pensar en ganar la fecha, pero por lo menos vino algo muy importante: corrieron esta segunda manga y posiblemente las dos que faltaban cuando toda parecía que no terminarían el día.

La tercera carrera no fue tan difícil a pesar de no contar con un vehículo en su total buen estado, al punto que Roy, que iba al volante, ganó el primer lugar. El respiro fue amplio para los Valverde y solo faltaba la final y si la suerte no los abandonaba podrían ganar esta carrera.

Y vino la final y de nuevo la parrilla invertida los mandó a salir atrás de todos los corredores por haber ganado la anterior.

Fue una “mordida” agradable, en la que el piloto Kevin Beriault, de Repuestos Gigante se lució, pues que dio una excelente muestra de mejoramiento de manejo y que mantuvo el primer lugar hasta faltando tres vueltas para terminar.

La lucha se la dieron Emilio Valverde y Tomás Quirós, que trabajaron en equipo para arrebatarle ese primer lugar a Kevin, que soportó todo lo que pudo la presión de ambos hasta apenas cuatro minutos para terminar los 15 de rigor.

Este fue un buen día de automovilismo deportivo, porque se observaron pilotos y autos que están superándose como Beriault y su compañero de volante Tim Vivian (cuarto lugar), José Andrés Montalto (segundo lugar), Carlos Chotocruz y Javier Collado (sexto lugar), Oswaldo Salazar y Lorenzo Pacheco y otros que en cada carrera les vemos un avance muy positivo, actuaciones que están dándole al automovilismo nacional una nueva fase después de cuatro años muy poco agradables. Ahora se nota un poco más de rivalidad y pelea por los primeros lugares.

Por otra parte, el trabajo y esfuerzo de los Valverde y sus técnicos fue notable, pues ganaron sudando bastante y obligados a luchar por un buen puesto como antes no les veía, porque no tenían contrincantes y era más fácil ganar. Esta vez estuvieron contra la pared y se obligaron a sacar fuerzas para ganar. Eso vale.