
Ron Patrick quería demostrar al mundo que su doctorado en ingeniería mecánica por la universidad de Stanford no era solo un pedazo de papel inútil colgado en la pared, así que puso sus conocimientos en buen uso combinando una turbina de helicóptero T58-8F con un New Beetle.
Patrick afirma que su creación, una serie candidata a los Premios Darwin, es totalmente legal, ya que ha dejado el motor original sin modificar. No es que lo tengamos del todo claro, en cualquier momento podría accionar un interruptor y achicharrar a algún pobre Ford Fiesta desprevenido con su lanzallamas móvil de 1.350 caballos.
Creo que la pregunta que nos hacemos todos es "Vale, ¿pero qué tal se maneja?"
