Nasser Al–Attiyah rechazó ayuda de Fernando y Álvaro León: “Pensamos que el príncipe no quería reparar.

“Tratamos de ofrecerle nuestra correa, no le hacía perfecto, pero podría haberla usado. Creo que no quería reparar… Nos puso los cinturones y nos dijo que siguiéramos”, reveló Álvaro León.
El tramo Antofagasta – Iquique fue escenario del abandono del príncipe de Qatar Nasser Al-Attiyah y dos chilenos fueron protagonistas de un frustrado intento de rescate. Fernando y Álvaro León se encontraron con el Hummer del qatarí después de la neutralización, y pese a ofrecerle una correa de distribución de repuesto, Al-Attiyah rechazó la ayuda y los instó a seguir.
Para Álvaro León, navegante del Equipo AutoGasco, la negativa del príncipe podría explicarse en que no quería llegar en último lugar con un auto que no ha colmado sus expectativas.
“Estábamos en el segundo tramo y lo vimos sobre una loma. Nos hizo señas y fuimos a verlo. Él es súper buena onda. Asumimos que nos llamó al levantar la mano, aunque igual habríamos ido a ver si podíamos ayudar… “Hello my friend” le dijo a mí papá y su navegante, el español Lucas Cruz también me conoce”, contó.
Nos mostró que estaba con la correa de distribución afuera, la estaban reparando con amarras plásticas. Nosotros le ofrecimos nuestra correa que teníamos de repuesto, la cual no le hacía exactamente, pero era muy similar, tenía como dos centímetros de diferencia”, narró Álvaro León.
“Le ofrecimos cambiársela, ya que los tensores ceden y podía servir y no quiso. Todos los mecánicos saben que el tensor de la correa cede un poco, hay posibilidades de ajustar, eran dos centímetros, por lo que después pensamos que no quería reparar. Dijo que venía el camión más atrás, pero yo creo que llevaba mucho tiempo ahí parado, por lo que reparar, seguir, y llegar en último lugar creo que no era su objetivo”, continuó el relato de Álvaro.
Según León, la despedida del qatarí fue amable, como en toda la carrera, y hasta les ajustó los cinturones y deseó buena suerte.
“Nasser dijo que no, que nos quedáramos con nuestra correa, ya que así podíamos seguir seguros hasta el final de la carrera, así que nos subimos y se acercó a ponernos bien nuestros cinturones a un lado y a otro, súper simpático”.