Es paradójico, pero los primeros puñetazos en el Salón de París no han sido lanzados por las compañías francesas (que en el momento de escribir estás líneas están realizando sus conferencias) sino de Kia. La marca surcoreana quiere empezar muy fuerte, y no tiene reparos en admitir que van a por todas, ofreciendo en Europa la mejor garantía para un automóvil de primera mano y dejando claro que sus rivales ya no son otros fabricantes “baratos” sino los europeos en general.
Para ello, cuentan con el cee’d, al que aspiran a convertir en una de las referencias del segmento C cuando se ponga a la venta en diciembre. Aunque su aspecto no es terriblemente original (tal vez esté loco, pero en persona he percibido destellos del León), Kia compensa su falta de impacto con un equipamiento apabullante, que incluye de serie airbags delanteros, laterales y de cortina, cierre automático de puertas con sensor de velocidad, equipo de audio compatible con archivos MP3 (con puerto USB y compatible con el iPod opcionalmente) y muchos, muchos extras.
Los motores disponibles serán seis por potencia, tres de gasolina y tres diésel. En gasolina encontramos un 1.4 de 109 CV, un 1.6 de 122 y finalmente un 2.0 de 140 CV. En todos los casos van asociados a cajas manuales de cinco marchas, estando también disponible un automática de cuatro para los dos más potentes. Si hablamos de los diésel, Kia ofrece un motor 1.6 con dos potencias distintas (90 CV y 115 CV) y un 2.0 de 140 caballos. En este caso la única transmisión que ofrece Kia es una manual de cinco marchas, aunque a partir de julio de 2007 se podrá adquirir el 2.0 con un cambio de seis velocidades.
¿Y las impresiones? Bien, no hemos podido probarlo en marcha (evidentemente), pero a priori parece un poco irregular. Así como presenta algunos materiales agradables y de buen aspecto (como la parte superior del salpicadero, de tacto blando) y en general parece bien resuelto (la consola central parece cómoda), Kia ha creído interesante utilizar grandes piezas de plástico duro pulido para “decorar” por ejemplo la parte trasera de los asientos. Se trata de un material algo feo, casi fuera de lugar, y que tiene aspecto de acumular rayones como pocos con el paso de los años. Las plazas traseras, eso sí, parecen agradables, y la postura de conducción es más que correcta. El volante tampoco tiene ninguna pega.
