EA Black Box y Slightly Mad Studios forman equipo para el desarrollo del más simulador de los Need for Speed hasta la fecha, y para ello juntan entre los dos estudios créditos tan sonados como Skate o Need for Speed Underground para los primeros, y GT Legends, GTR FIA Racing o RACE: The WTCC Game para los segundos, formación debutante compuesta por la mayor parte del extinto equipo original de SimBin.
Con estos mimbres y la intención de hacer debutar el realismo, las físicas y la simulación en una saga tan decididamente arcade como es esta, las dudas nos asaltan. ¿Es tan radical el cambio del nuevo episodio? ¿Se va a convertir Need for Speed en una futura referencia en el campo de la simulación? ¿Recuperará la franquicia el prestigio y la calidad que necesita con esta medida? ¿Abandonará EA esta nueva vertiente de la simulación si el juego no funciona?

Need for Speed: Shift abandona el toque urbano, callejero e ilegal de entregas anteriores y apuesta por la competición pura y dura. Torneos, campeonatos y carreras oficiales e inventadas en las que competir.

A la hora de sentir un videojuego como simulación hay que aunar una serie de elementos de forma hábil para conseguir una unidad, un todo que esté a la altura y que transmita la realidad y la veracidad de un vehículo de la mejor forma posible. Esto es precisamente lo que trata de hacer Shift, y para ello conjuntará con habilidad la cámara, el sentido del peso, unas colisiones muy cuidadas y una maniobrabilidad mucho más depurada que en episodios anteriores.
Shift tendrá lugar en circuitos reales y licenciados, con lo cual la veracidad y el respeto escrupuloso por sus diseños estará muy cuidado. No obstante esto no significa que estemos constreñidos a esta clase de escenarios, y es que también habrá otros muchos circuitos de competición inventados, así como carreras urbanas.
El videojuego, por otra parte, incluirá más de 70 vehículos diferentes en total, con presencia de clásicos, exóticos, deportivos, etcétera. Cada uno de ellos está representado con una calidad visual formidable y con una atención al detalle tremenda. Todos estos coches se manejan de forma diferente unos de otros y, además, sufren también de forma distinta los daños que les provoquemos, no reflejándolos únicamente en la carrocería, sino también en su rendimiento si sufrimos un choque.

La versión jugable que hemos tenido oportunidad de testear cuenta con los siguientes vehículos: Lotus Elise 111R, Shelby Terelingua, Audi RS4, Corvette Z06, Porsche 911 GT2 y Pagani Zonda F.Por si fuera poco uno de los mejores aspectos del videojuego es su espectacular forma estética de recrear las colisiones. Al chocar, la cámara se sacude con inusitada violencia, nuestra visión se vuelve borrosa, y parecemos ver un cegador fogonazo de luz blanca ante nuestros ojos. Se trata de desorientar al usuario y de hacerle compartir con el piloto la sensación de extravío que se produce tras una colisión de cierta magnitud.
La cámara y su presencia es una constante en Shift, y lejos de tratar de hacernos olvidar que estamos viendo todo a través de los ojos de una perspectiva, en Electronic Arts tratan de sacar en todo momento partido de ella con un empleo muy poderoso. Al acelerar bruscamente, por ejemplo, la visión parece empujarnos hacia atrás de una forma muy notoria, y si frenamos el efecto es precisamente el contrario.
En el tema de la IA ya podemos comentar algunos detalles que estarán presentes en la versión final. Habrá diferentes tipos de pilotos, dependiendo su agresividad o pericia de una serie de parámetros; así pues si chocamos contra uno de los más agresivos, por ejemplo, su temperamento y carácter le empujará a desear vengarse.

La necesaria perspectiva desde el interior del vehículo realiza un fascinante trabajo en Shift. No sólo transmite de forma inmejorable la sensación de velocidad, sino que muestra con todo lujo de detalles los paneles de mando.

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