Pero también si nos vamos a épocas donde los carros eran verdaderamente otra cosa, y no pensando en deportividad, pues yo creo que el non plus ultra de los carros gringos es el Duesenberg Model J. Era lo máximo que hubo en su tiempo en todo el mundo, dándose de manazos sin asco (pero manazos con guante blanco) con cualquier Mercedes Benz, Hispano Suiza, Rolls Royce o lo que fuera de la época. 8 cilindros en línea de más o menos 6,9 litros, doble árbol de levas, 4 válvulas por cilindro, 265 caballos en versión aspirada, de 320 hasta 400 con sueprcargador... en los 1930´s! No había (y seguro no volverá a haber) nada que se le compare en la calle. Mi opinión es que Duesenberg es la peor pérdida del mundo automotriz por causa de la gran depresión del 1929, iban mucho muy adelante de su tiempo en los Estados Amontonados, y el automóvil gringo como lo conocemos sería mucho más evolucionado si Duesenberg no hubiera quebrado.
Y una cosa que me gusta mucho, a pesar de que como tantos otros carros en la época tenían carrocerías hechas por especialistas, el Duesenberg J siempre tiene esa familiaridad porque salían con parrilla, focos y otras cosas de fábrica, entonces los atelier trabajaban con eso y mantienen de alguna manera esa uniformidad pero sin ser todos iguales. De hecho Duesenberg ofrecía construir el carro personalizado ellos mismos como una posibilidad. Ese era
EL carro que había que tener en su tiempo si uno tenía verdadero glamour, por ejemplo fue la elección de Clark Gable, Al Capone, Greta Garbo, Howard Hughes, Mae West, William Randolph Hearst, familia Wrigley, el Duque de Windsor, el príncipe Nicolás de Rumania, reina Maria de Yugoslavia, el rey Vittorio Emmanuele III de Italia y Alfonso XIII de España.